domingo, 25 de noviembre de 2012
Máxima Acuña una doña que enfrenta a las mineras en elConga
Alguna vez un minero le dijo a Máxima Acuña que si estaba del lado de la mina iba a tener el cielo, pero que si se ponía en contra iba a terminar aplastada, tal como un elefante aplasta a una hormiga. ¡Y qué hormiga resultó ser Máxima!: trabajadora, menuda y serena. Pequeña, sí, pero lo suficiente como para escapar de
la monstruosa pisada de la mina y refugiarse en la tierra y en el agua para ser libre. ¿Qué habrán pensado los dueños de la mina, los Roque Benavides y los ingenieros de casco y corbata, el día que escucharon la historia de una mujer que junto a su familia escapó de su elefantiásico poder y, armada tan solo con su voz, se enfrentó a una de las compañías más poderosas del mundo? Pensaran lo que pensaran, igual no sintieron arrepentimiento cuando mandaron a golpearla, atormentarla y enjuiciarla. Su casa queda frente a la Laguna Azul, una de las lagunas que serán afectadas por el Proyecto Minero Conga y que forma parte de la cabecera de cuenca de Celendín: esta laguna es el corazón de muchos ríos que irrigan el campo donde miles de campesinos siembran y cosechan la tierra. Y de esa tierra nace nuestro alimento. Máxima vive allí, arriba, donde nace el agua y el sol, entre lluvias torrenciales y neblina turbulenta, entre ambiciosos mineros y corrompidos "agentes de la ley": Aquí nació su coraje.
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